Entrevista Miguel Martinez

Miguel Martínez es ingeniero por vocación, así se declara él. Por eso le gusta estar en las trincheras: ocupando perfiles técnicos, enredando entre cables y siempre en la búsqueda de la innovación. En definitiva, pasándoselo bien.

 

Además de su trabajo habitual, está involucrado en el proyecto de Sensorfour. Con piezas que tenía en casa, ha creado el prototipo de Ideslux. Aunque él dice que, más que prototipo, es unaprueba de concepto”.

 

Sabe mucho de lo suyo, así que no hemos querido dejar pasar la oportunidad de entrevistarlo para conocer su visión sobre el mundo de la tecnología, la innovación y los modelos de negocio en este ámbito.

 

  1. Preséntate a nuestros lectores, Miguel.

Soy ingeniero por vocación y, como todo buen madrileño, no he nacido en Madrid. Vine a estudiar la carrera (Teleco) con la intención de volverme para casa lo antes posible pero llevo 32 años de corrido aquí. No descansé de Madrid ni al hacer la «mili»: me tocó en Campamento.

  1. Descríbenos tu trayectoria profesional.

Muy aburrida desde fuera –entré en el departamento de I+D en una multinacional del sector y llevo casi 25 años sin moverme– pero apasionante desde dentro, porque he hecho casi de todo lo que se puede hacer como ingeniero: diseño, pruebas, documentación, sistemas… Ahora soy responsable técnico de producto de un nodo de la red de 5G.

  1. Vemos que estás metido en el mundo del blockchain, ¿en qué consiste tu trabajo?

Estoy metido en fregados con blockchain sólo de manera tangencial. Nuestro proyecto la utiliza para almacenar datos de manera segura y fidedigna.

  1. Podrías explicarnos, para todos los mortales, ¿qué es el blockchain y qué usos tienes?

Blockchain es una especie de libro de registro distribuido. En esa frase están sus dos mayores atractivos. Al ser un libro de registro, puedes llevar cuenta de qué cosas se han hecho y cuándo. Al ser distribuido, no hay ninguna entidad que lo controle directamente y pueda… «retocarlo» (por no decir otra cosa) de acuerdo a sus propios intereses. Con eso, sobra para que las posibilidades sean infinitas.

  1. ¿También eres socio de Sensorfour y eres el que ha hecho el prototipo funcional de Ideslux, verdad? Cuéntanos un poco sobre esto.

Jejeje. Gracias, pero no llega a prototipo. Es tan sencillo que se queda un escalón por debajo: una prueba de concepto, lo más simple que puedes hacer para comprobar que la idea funciona. Casi lo hemos hecho con piezas que teníamos por casa (algunas han salido literalmente del armario de los trastos): un Arduino, unos LEDs, un tablón, una lámpara… Ha sido un esfuerzo un poco coral. Javier y Daniel Poveda son tan “culpables” como yo, en las manualidades y en el código, respectivamente.

  1. ¿Siempre te ha interesado el emprendimiento?

Sí y no. Desde pequeño me ha gustado «cacharrear» (herencia de mi padre, que es ingeniero industrial frustrado) y he hecho mis inventos para casa, pero nada vendible. Cuando Javier me habló de Akaven, emprendimiento para los que no se animan a emprender, vi los cielos abiertos.

  1. Vemos, también, que estás muy vinculado a la innovación y tecnología. ¿Te ha interesado siempre?

Aprendí a programar leyendo libros cuando estaba en EGB. Me apunté a una academia de Informática (los bucles FOR se me resistían) y los profes me pasaron a la clase de los adultos porque ya sabía todo lo que le contaban a los pequeños. Acabé estudiando Teleco y, luego, trabajando en Investigación y Desarrollo. A estas alturas de la película, la mayoría de mis compañeros de promoción son directores, o managers u otras cosas que suenan a importante. Yo sigo en puestos técnicos y sin intención de cambiar. Con esto es con lo que me lo paso bien.

  1. ¿Qué consejos le darías a una persona que quiere montar un proyecto tecnológico?

Paciencia y mucho ánimo. Si uno dirige bien sus esfuerzos, las cosas acaban saliendo.

  1. ¿Crees que los proyectos tecnológicos tienen una complejidad añadida?

¡Seguro! Cada componente extra que tenga un proyecto lo hace más complicado. Aún así, la parte técnica es «mejor» porque, en cierta medida, depende de ti y de tu equipo: os ponéis y, al final, sale. Casi me dan más miedo las partes en las que dependes mucho de cómo reaccionen otras personas: marketing, ventas…

  1. Algo que te hubiera gustado saber al comienzo de tu carrera profesional.

Que no basta con ser bueno en lo tuyo si nadie lo sabe. Tienes que tener la suerte de que se te vea o la habilidad de hacerte ver (¡ojo! sin abusar) para que se te abran oportunidades.

 

TEST EN UNA PALABRA.

Solo una palabra para responder, no hay ganadores, ni perdedores.

 

Hora del día. 

Las 7:05, que es cuando me levanto.

Personaje de ficción (vale también real)  

Jeeves, el mayordomo de las novelas de P.G. Wodehouse. El tío se las sabía todas.

Un libro. 

Neverwhere. Obligatorio leerlo en inglés. Es imposible traducir lo bien que escribe Neil Gaiman.

Película. 

Los Goonies.

Café o cerveza. 

Agua. Si hay que elegir entre esas dos, café. Con leche. Mucha.

Una manía. 

Decir las cosas 20 veces.

Comida. 

Las croquetas de mi madre.

Una palabra. 

Esfuerzo.

Un sueño.

Volver «al pueblo» algún día. A ser posible, antes de que me entierren.